Reseña: Ángeles Desterrados

Ángeles desterrados de Anabel Botella

Editorial: Nowevolution

Páginas: 256

Sinopsis:

Hay amores que son inmortales, que traspasan todas las barreras del tiempo y del espacio. Keilan lo sabe. Ha esperado a María durante siglos. Ahora dispone de una semana para que ella recuerde quién es… quiénes son: Ángeles desterrados sobre los que pesa una terrible maldición.

Una más que llamativa portada compuesta por sutilezas que definen la historia es lo que nos encontramos al tener el libro en las manos. Muy bella y cálida. 

Le damos la vuelta y leemos la sinopsis. ¿Qué te sugiere? ¿Empalaga? Pues para eso estoy, para advertirte que olvides los prejuicios y prestes atención a las siguientes líneas.

Ángeles, amor, odio, venganza, maldiciones, ambición. Básicamente son los ingredientes de la fórmula mágica con la que la escritora Anabel Botella nos refresca durante las 256 páginas de su primera novela. Si te quedas entascado en esta lista igual te dice poco, pero la clave está en el cómo ejecuta la trama la autora. Su escritura es directa, fresca, gran dominio de la lengua dándonos una mezcla entre términos cultos y más sencillos perfecta para desarrollar la trama con lo justo y necesario, fácil de leer sin caer en lo simplón.

Un comienzo ácido y progresivo, donde las pinceladas azucaradas te van poniendo en situación de lo que va a ser el eje de la trama. Los "flashbacks" que intercala están en su justa medida y tiene un ritmo bueno. Pese a que la historia se desarrolla en siete días, no existe el agobio de ir demasiado deprisa, ni hay escenas demasiado lentas.

En cuanto a personajes se refiere, desde un principio queda bien definido Keilan, coprotagonista junto con María, a quien vamos conociendo poco a poco. La autora nos transmite a la perfección, sin ser pesado, el amor que hay entre los dos y nos divierte con conversaciones y situaciones de "tira y afloja" entre ambos. Sobre la situación de María, añadiré, que se nos hace próxima por tratarse de una chica que quiere romper con tradiciones y pelear por lo que quiere.

Y qué decir de los personajes secundarios. Muy logrados, sin ser excesivos. Una cantidad adecuada en la cual apoyarse y avanzar en la historia sin andar perdido y quedarse cabos sueltos. Bravo por Anabel Botella. Destacaré mi personaje favorito: Llanos, particularmente agradable e inocente. 

Otro punto a favor es la familiaridad de los paisajes. Ocurre en España, lo cual es inusual en los libros con los que he trasteado. Y ello hace más cercana la historia.

¿Qué se le puede recriminar a la novela? Dos cosas:

1. Me falta profundidad. No a la historia. Me falta a mí, pues me quedo con ganas de más sobre conceptos muy buenos que tan sólo acaricia.

2. No son muchos ni muy molestos, pero hay algunos errores que convendría revisar, para dejarla perfecta.

En resumidas cuentas: una novela más que apta para el entretenimiento, de esas que lees del tirón.