Hoy entrevistamos a la escritora Judith Bosch. Judith Bosch nos acompañó junto a
Guillén López en la reunión de “Tiramisú Entre Libros” del día 18 de Diciembre en Valencia, y nos habló de sus novelas "Buscando a Ruth" y
"Amazonas Dormidas", publicados en 2008 y 2011 respectivamente.
Además tiene un libro electrónico de microrrelatos que se puede descargar gratuitamente, “Aperitivos tóxicos y otros relatos”, y una novela de ficción especulativa, también en electrónico y asequible para cualquier bolsillo, se titula “Las mil caras del espejo”.
Ella afirma que esta es la entrevista más larga y completa que le han hecho hasta ahora. Yo espero que os sirva para conocerla mejor.
Además tiene un libro electrónico de microrrelatos que se puede descargar gratuitamente, “Aperitivos tóxicos y otros relatos”, y una novela de ficción especulativa, también en electrónico y asequible para cualquier bolsillo, se titula “Las mil caras del espejo”.
Ella afirma que esta es la entrevista más larga y completa que le han hecho hasta ahora. Yo espero que os sirva para conocerla mejor.
Entrevista
Judith Bosch: La sensación de intimidad y libertad. Estar a solas con mi ordenador, mi libreta de notas, mis tramas y mis personajes me hace sentir muy protegida, y al mismo tiempo muy libre. En esos momentos no existen ni incertidumbre ni recuerdos inútiles. Todo tiene sentido y todo resulta cálido, lógico y esperanzador.
¿Qué es lo que te suele inspirar?
Judith Bosch: Ideas acerca de nuestro papel como animales racionales dentro de un mundo que tratamos de controlar inútilmente. La injusticia, los miedos, las frustraciones humanas son conceptos mayores que intento desgranar en palabras más cercanas, personas y experiencias (nunca lo consigo, así que continúo escribiendo).
¿Tienes algún ritual a la hora de escribir? ¿Algún lugar preferido?
Judith Bosch: Me encanta el aire libre y la naturaleza. Cuando era pequeña cogía mi bicicleta, mi cuaderno de notas y me iba a escribir a algún descampado o al bosque, según en dónde estuviese. Guardo muy buenos recuerdos del bosque de mis abuelos, en Girona; me perdía a escribir a lo largo de muchas tardes, sólo me daba cuenta de que tenía que regresar al ponerse el sol. Ahora suelo escribir en casa, pero siempre aprovecho alguna escapada al campo para llevar mi cuaderno de notas. Y no tengo rituales ni nada de eso (o no me he dado cuenta). Intento que el sitio esté ordenado, haya mucha luz y casi siempre pongo música, a veces instrumental y a veces variada. ¡Ah! Sí, tengo una manía, cuando un tema musical me ayuda a ambientarme, lo repito hasta la saciedad. Mientras escribía Amazonas, la canción “Dreams” de The Cramberries sonó más de trescientas veces. Y en “Buscando a Ruth” la canción High, de James Blunt. Un poco comercial, lo sé.
¿Cuándo empezaste a escribir?
Judith Bosch: Mi primer cuento lo escribí con cinco años. Y mi primer poema a los ocho. La primera novela tardó más en llegar, se llama “Los ensueños del tiempo”, la empecé a los veinte, la terminé a los veintidós y la publiqué a los veinticuatro. Diría que fue mi compañera más relevante durante la transición de segunda adolescencia a juventud.
Te propongo un reto, ¿cómo sería tu descripción si aparecieras en un libro?
Judith Bosch: ¡Me encanta ese reto! Tengo un cuento que se llama “La visita” en el que me introduje “de estrangis”, no salgo bien parada, la verdad. Una persona y todo lo que la rodea, a la hora de trasladarlos al papel y a las palabras, resultan conceptos muy relativos que cambian radicalmente según cómo y dónde coloques los ojos y los sentidos. Ahora mismo, mientras contesto a esta pregunta, me describiría como una persona curiosa, inquieta, con demasiadas preguntas y sólo algunas respuestas que no han cambiado con el tiempo.
Llevas cuatro novelas publicadas, ¿llegaste por agencia literaria o por propuesta? ¿Cómo fue?
Judith Bosch: Tardé dos años en publicar la primera novela, “Los ensueños del tiempo”. Fue un proceso largo y cansino. Envié el manuscrito a cientos de editoriales, no paré hasta encontrar una que me dijo que sí, que sacaba adelante la obra. Después todo ha sido relativamente más sencillo. Hay mucha gente que ha creído en mí y me ha ayudado mucho. Así que tanto “Buscando a Ruth”, como “Amazonas Dormidas”, fueron proyectos con una muy buena acogida y muy respaldados desde el principio.
¿Un quinto libro entre manos?
Judith Bosch: Un quinto libro que acaba de salir del horno y que espero poner en la mesa próximamente. Y un sexto libro que aún estoy tejiendo por dentro y no sé a dónde me va a llevar.
¿Cuáles han sido las sensaciones al acabar cada novela?
Judith Bosch: Lo que más me gusta de poner un punto final es la satisfacción por haber empezado, continuado y acabado algo. Hay muchas novelas que empiezas y, después de veinte páginas, pasan a mejor vida. Las novelas que continúas, integras en tu vida y acabas, suponen siempre un antes y un después significativo, en la manera de entender y asimilar muchas cosas. Hay novelas que te ayudan a saldar cuentas con el pasado y hay novelas con las que descubres cosas tuyas que llegan a provocarte miedo.
¿Y al verlas publicadas?
Judith Bosch: Algo así como parir (sin dolor, claro) y que te coloquen al bebé en las manos.
¿Alguna preferencia entre ellas?
Judith Bosch: Mi hijo preferido es el último, “Amazonas Dormidas”. Aunque también le tengo mucho cariño a “Buscando a Ruth”. “Las mil caras del espejo” es el hijo ausente que nunca pasa por casa y a “Los ensueños del tiempo” le tocó el papel de ser el mayor y la oveja negra.
¿Qué puedes contarnos de tus cuatro títulos?
Judith Bosch: Me gustaría que “Amazonas Dormidas” cayese en las manos adecuadas y fuese leída en centros educativos con problemas de integración social, está muy preparada para ello y confío mucho en su potencial. Aún estoy esperando al lector que me diga que entendió algo de “Las mil caras del espejo”, la gran ausente y desconocida. Y “Buscando a Ruth” describe un recorrido físico y mental muy hermoso que me dio muchas satisfacciones en su momento y me las sigue dando ahora, cuando comparto impresiones con los amigos y los lectores. “Los ensueños del tiempo” se ha quedado muy atrás, estamos enfadados el uno con el otro, creo. Posiblemente lo acabe metiendo en un correccional y lo publique revisado y reeditado, muy a su pesar, claro.
¿Alguna crítica que le guardes cierto cariño?
¿Qué es lo que te suele inspirar?
Judith Bosch: Ideas acerca de nuestro papel como animales racionales dentro de un mundo que tratamos de controlar inútilmente. La injusticia, los miedos, las frustraciones humanas son conceptos mayores que intento desgranar en palabras más cercanas, personas y experiencias (nunca lo consigo, así que continúo escribiendo).
¿Tienes algún ritual a la hora de escribir? ¿Algún lugar preferido?
Judith Bosch: Me encanta el aire libre y la naturaleza. Cuando era pequeña cogía mi bicicleta, mi cuaderno de notas y me iba a escribir a algún descampado o al bosque, según en dónde estuviese. Guardo muy buenos recuerdos del bosque de mis abuelos, en Girona; me perdía a escribir a lo largo de muchas tardes, sólo me daba cuenta de que tenía que regresar al ponerse el sol. Ahora suelo escribir en casa, pero siempre aprovecho alguna escapada al campo para llevar mi cuaderno de notas. Y no tengo rituales ni nada de eso (o no me he dado cuenta). Intento que el sitio esté ordenado, haya mucha luz y casi siempre pongo música, a veces instrumental y a veces variada. ¡Ah! Sí, tengo una manía, cuando un tema musical me ayuda a ambientarme, lo repito hasta la saciedad. Mientras escribía Amazonas, la canción “Dreams” de The Cramberries sonó más de trescientas veces. Y en “Buscando a Ruth” la canción High, de James Blunt. Un poco comercial, lo sé.
¿Cuándo empezaste a escribir?
Judith Bosch: Mi primer cuento lo escribí con cinco años. Y mi primer poema a los ocho. La primera novela tardó más en llegar, se llama “Los ensueños del tiempo”, la empecé a los veinte, la terminé a los veintidós y la publiqué a los veinticuatro. Diría que fue mi compañera más relevante durante la transición de segunda adolescencia a juventud.
Te propongo un reto, ¿cómo sería tu descripción si aparecieras en un libro?
Judith Bosch: ¡Me encanta ese reto! Tengo un cuento que se llama “La visita” en el que me introduje “de estrangis”, no salgo bien parada, la verdad. Una persona y todo lo que la rodea, a la hora de trasladarlos al papel y a las palabras, resultan conceptos muy relativos que cambian radicalmente según cómo y dónde coloques los ojos y los sentidos. Ahora mismo, mientras contesto a esta pregunta, me describiría como una persona curiosa, inquieta, con demasiadas preguntas y sólo algunas respuestas que no han cambiado con el tiempo.
Llevas cuatro novelas publicadas, ¿llegaste por agencia literaria o por propuesta? ¿Cómo fue?
Judith Bosch: Tardé dos años en publicar la primera novela, “Los ensueños del tiempo”. Fue un proceso largo y cansino. Envié el manuscrito a cientos de editoriales, no paré hasta encontrar una que me dijo que sí, que sacaba adelante la obra. Después todo ha sido relativamente más sencillo. Hay mucha gente que ha creído en mí y me ha ayudado mucho. Así que tanto “Buscando a Ruth”, como “Amazonas Dormidas”, fueron proyectos con una muy buena acogida y muy respaldados desde el principio.
¿Un quinto libro entre manos?
Judith Bosch: Un quinto libro que acaba de salir del horno y que espero poner en la mesa próximamente. Y un sexto libro que aún estoy tejiendo por dentro y no sé a dónde me va a llevar.
¿Cuáles han sido las sensaciones al acabar cada novela?
Judith Bosch: Lo que más me gusta de poner un punto final es la satisfacción por haber empezado, continuado y acabado algo. Hay muchas novelas que empiezas y, después de veinte páginas, pasan a mejor vida. Las novelas que continúas, integras en tu vida y acabas, suponen siempre un antes y un después significativo, en la manera de entender y asimilar muchas cosas. Hay novelas que te ayudan a saldar cuentas con el pasado y hay novelas con las que descubres cosas tuyas que llegan a provocarte miedo.
¿Y al verlas publicadas?
Judith Bosch: Algo así como parir (sin dolor, claro) y que te coloquen al bebé en las manos.
¿Alguna preferencia entre ellas?
Judith Bosch: Mi hijo preferido es el último, “Amazonas Dormidas”. Aunque también le tengo mucho cariño a “Buscando a Ruth”. “Las mil caras del espejo” es el hijo ausente que nunca pasa por casa y a “Los ensueños del tiempo” le tocó el papel de ser el mayor y la oveja negra.
¿Qué puedes contarnos de tus cuatro títulos?
Judith Bosch: Me gustaría que “Amazonas Dormidas” cayese en las manos adecuadas y fuese leída en centros educativos con problemas de integración social, está muy preparada para ello y confío mucho en su potencial. Aún estoy esperando al lector que me diga que entendió algo de “Las mil caras del espejo”, la gran ausente y desconocida. Y “Buscando a Ruth” describe un recorrido físico y mental muy hermoso que me dio muchas satisfacciones en su momento y me las sigue dando ahora, cuando comparto impresiones con los amigos y los lectores. “Los ensueños del tiempo” se ha quedado muy atrás, estamos enfadados el uno con el otro, creo. Posiblemente lo acabe metiendo en un correccional y lo publique revisado y reeditado, muy a su pesar, claro.
¿Alguna crítica que le guardes cierto cariño?
Judith Bosch: Las primeras reseñas de “Buscando a Ruth” me encantaron. Especialmente las que me brindaron los escritores Luís Antonio González, Rosario Valcárcel y Santiago Gil. Mi admirada y gran amiga Dolores Campos Herrero, fallecida en 2007, dedicó palabras maravillosas, tanto a mi primer libro como a mi carrera literaria (pronósticos cumplidos muchos de ellos). La escritora e historiadora Eduvigis Hernández Cabrera me apoyó muchísimo con la difusión de “Buscando a Ruth”, con palabras y con hechos. Me encanta la primera reseña que ha salido de “Amazonas Dormidas” en AnikaEntrelibros, que apoya y une tantísimo a escritores, asociaciones y lectores. La reseña corre a manos de nuestra común amiga Soledad Gallardo, Pablo, es una reseña genial. Zenaida Moratilla también me hizo un muy buen hueco en su foro Ábrete Libro. Y Javi de Ríos le ha dado un empuje que no esperaba a mi antología de relatos “Aperitivos tóxicos y otros relatos”, de descarga gratuita a través de 23 Escalones. Estoy muy contenta con todas las críticas y reseñas que han publicado generosamente compañeros y lectores. Guardo con especial cariño los reportajes que elaboraron tan cálida y cuidadosamente los periodistas Víctor J. Rosales y Ángeles Jurado para La Gaceta de Canarias y Canarias 7 respectivamente. Y como te estarás imaginando, no voy a dejar esta entrevista sin mencionar, Pablo, que de todas las entrevistas que me han formulado hasta ahora, es la más larga y completa.
Judith Bosch: Tu entrevista, que ya la he mencionado. La crítica de “Aperitivos tóxicos y otros relatos” que sacaron en Ocio Zero es muy original y suelo releerla. Y una anécdota: cuando empecé a difundir “Buscando a Ruth”, me planteé llegar primero a los clubes de lectura pequeños y sencillos, y de esta manera facilitar tanto la promoción de mi obra como la promoción de círculos literarios interesantes y desconocidos. Encontré por internet un club que apenas tenía visitantes y que llevaba años sin lanzar propuestas. Me puse manos a la obra y les hice llegar el libro. La respuesta que recibí fue bastante extensa, así que te la sintetizaré en pocas frases: “No podemos incluir tu libro en nuestro club de lectura. Los personajes son planos, se nota que no sabes de lo que hablas y además la mayoría de los pensamientos del protagonista son erróneos y desfasados. Espero no desanimarte con esta crítica y que sigas escribiendo”. Yo pensé: “Espero que tu club de lectura se anime con ayuda de Dios, porque si tiene que depender de tu criterio, va a seguir estando jodido durante muchos años”. Pablo, de esa experiencia deduje que, tanto para comer como para mover tus libros, mejor hacer caso al sentido común y no entrar en sitios en los que no hay nadie.
Me pareció escuchar algo sobre una unidad didáctica…Cuéntanos un poco sobre ello.
Judith Bosch: Se trata de un Dossier para el aula que he preparado junto a la Editorial Veintitrés Escalones con objeto de potenciar la visibilidad y utilidad de “Amazonas Dormidas”. Veintitrés Escalones cuida a los autores y a las obras desde el principio, en cada paso, tanto en la edición y difusión de su trabajo como en desarrollar proyectos de apoyo que refuercen la promoción de los libros en círculos literarios concretos o en centros educativos. Este refuerzo, además de necesario, por los contenidos polémicos que se manejan en “Amazonas Dormidas”, resulta muy enriquecedor, tanto para el autor como para el docente. El Dossier contiene explicaciones muy detalladas acerca de los contenidos, preguntas para formular en el aula y ejercicios prácticos.
¿Has tenido claro siempre a qué público te querías dirigir o surgió después?
¿Has tenido claro siempre a qué público te querías dirigir o surgió después?
Judith Bosch: Desde el principio tengo claras las ideas, las tramas, la estructura… después viene todo lo demás. La única novela que tuvo un lector desde el principio, antes de ser publicada y pensar en una difusión mayor, es “Buscando a Ruth”, y ese lector fue mi hermano. La novela estaba totalmente pensada para que mi hermano la leyese y poder compartir con él cosas que no podía decirle de otra manera. ¡Al final funcionó! La novela le enganchó muchísimo y tuvo que leerla de un tirón.
¿Alguna anécdota en particular en las presentaciones?
Judith Bosch: Lo pasé muy mal en la primera presentación de “Buscando a Ruth”, en 2008. Se iba a presentar (y se presentó) en la Feria del Libro en Las Palmas de Gran Canaria. Una carpa enorme, más de sesenta personas metidas allí dentro y encima megafonía para todo el parque de San Telmo, de manera que, además de en la carpa gigante, se me iba a escuchar en todo el parque. Empecé a imaginarme aquello; la gente tomando un café en las terrazas tranquilamente y oyendo mi voz de pito y mis locuras a todo volumen, así que me dio mucho “yuyu”. Me tomé tres tilas y cuatro cervezas para relajarme. Claro, al final me relajé tanto que casi no podía hablar. Se me quedó el cerebro prácticamente parado frente a toda esa gente. Finalmente salí del paso centrando la mirada en mis amigos, que como siempre, se sentaron en las primeras filas. También aproveché para leer algo de la novela, que eso suele aportarte seguridad y serenidad, dos eses totalmente necesarias si quieres salir indemne de ese tipo de situaciones
¿Cuál es la pregunta más rara que te han hecho?
Judith Bosch: Lo pasé muy mal en la primera presentación de “Buscando a Ruth”, en 2008. Se iba a presentar (y se presentó) en la Feria del Libro en Las Palmas de Gran Canaria. Una carpa enorme, más de sesenta personas metidas allí dentro y encima megafonía para todo el parque de San Telmo, de manera que, además de en la carpa gigante, se me iba a escuchar en todo el parque. Empecé a imaginarme aquello; la gente tomando un café en las terrazas tranquilamente y oyendo mi voz de pito y mis locuras a todo volumen, así que me dio mucho “yuyu”. Me tomé tres tilas y cuatro cervezas para relajarme. Claro, al final me relajé tanto que casi no podía hablar. Se me quedó el cerebro prácticamente parado frente a toda esa gente. Finalmente salí del paso centrando la mirada en mis amigos, que como siempre, se sentaron en las primeras filas. También aproveché para leer algo de la novela, que eso suele aportarte seguridad y serenidad, dos eses totalmente necesarias si quieres salir indemne de ese tipo de situaciones
¿Cuál es la pregunta más rara que te han hecho?
Judith Bosch: Es tan rara que no la sabría transcribir. Ocurrió durante la primera presentación de “Los ensueños del tiempo”, y encima el preguntante y yo éramos conocidos, que ya podría haber dejado la pregunta para formularla a solas con un café. En serio, era tan rara que no la recuerdo exactamente ni de broma. Algo así como, qué relación encontraba entre las exploraciones psicológicas que realizamos los autores en literatura, con las observaciones de las escuelas del XVIII (de no sé quiénes), con las teóricas que abordan la estratificación de una novela y la comparan con las estratificaciones sociales, esto a su vez comparado con la visión de la sociedad de Bourdieu. Te lo digo en serio. Aquello fue rarísimo. Todo el mundo se quedó literalmente con el cuello torcido. Y yo me quedé como las chicas estas a las que les formulan preguntas en la fase final de un concurso de belleza, que sonríen mucho mientras se acuerdan de la madre que parió a las preguntas y luego dicen: “Por favor, ¿podrías repetir la pregunta?”. Pues eso hice.
¿Cómo ves el panorama literario actual?
Judith Bosch: La literatura fantástica ha cobrado mucha fuerza. Y aquí puedo adivinar tu sonrisa, Pablo. Este fenómeno en realidad también sirve para abrir las perspectivas y preferencias de muchos lectores. Aunque creo que tanto los autores de género como los autores de narrativa realista deberíamos arriesgar más y probar con estructuras nuevas y fórmulas diferentes para llegar al lector. Sin duda nos encontramos en el imperio de la imagen, así que debemos apostar fuerte si queremos que nuestros libros ofrezcan más que su versión llevada al cine.
¿Algún consejo a los noveles?
¿Cómo ves el panorama literario actual?
Judith Bosch: La literatura fantástica ha cobrado mucha fuerza. Y aquí puedo adivinar tu sonrisa, Pablo. Este fenómeno en realidad también sirve para abrir las perspectivas y preferencias de muchos lectores. Aunque creo que tanto los autores de género como los autores de narrativa realista deberíamos arriesgar más y probar con estructuras nuevas y fórmulas diferentes para llegar al lector. Sin duda nos encontramos en el imperio de la imagen, así que debemos apostar fuerte si queremos que nuestros libros ofrezcan más que su versión llevada al cine.
¿Algún consejo a los noveles?
Judith Bosch: Tienes que saber en todo momento que cuando escribes eres sincero contigo mismo. Hay personas que empiezan a escribir porque no terminan de encontrarse a sí mismas, necesitan demostrar algo y escribir está mejor visto que robar. Bromas aparte, la honestidad te ahorra mucho tiempo y muchas frustraciones. Lo demás no contiene grandes secretos. Es lo que te dicen todos y aplicable para casi todo en la vida, lo de siempre: creer en uno mismo, trabajar mucho, autocriticarte constructivamente, mejorar y mejorarte y tener paciencia.
¿Crees en las modas? Hablando en términos literarios.
Judith Bosch: Claro. El ser humano es un animal racional que siente pasión por las imitaciones. Imitar sale más rentable que ser uno mismo. Pero no podemos negar la gran utilidad de las modas: unir a las personas que comparten ideas, pensamientos y proyectos parecidos. Por eso creo que las modas y las tendencias vienen bien, después de todo.
¿Qué opinas del boom de los blogs?
Judith Bosch: Me parece genial que las personas con interés en compartir y comunicar puedan hacerlo libremente, gratuitamente y sin pegas. Y es genial que sus mensajes puedan llegar a
tanta gente sin necesidad de pasar por el aro de nada ni de nadie. Eso es libertad con mayúsculas.
¿Podrías mencionarnos qué libros son los que más te han marcado en tu vida?
¿Crees en las modas? Hablando en términos literarios.
Judith Bosch: Claro. El ser humano es un animal racional que siente pasión por las imitaciones. Imitar sale más rentable que ser uno mismo. Pero no podemos negar la gran utilidad de las modas: unir a las personas que comparten ideas, pensamientos y proyectos parecidos. Por eso creo que las modas y las tendencias vienen bien, después de todo.
¿Qué opinas del boom de los blogs?
Judith Bosch: Me parece genial que las personas con interés en compartir y comunicar puedan hacerlo libremente, gratuitamente y sin pegas. Y es genial que sus mensajes puedan llegar a
tanta gente sin necesidad de pasar por el aro de nada ni de nadie. Eso es libertad con mayúsculas.
¿Podrías mencionarnos qué libros son los que más te han marcado en tu vida?
Judith Bosch: “El perfume”, de Suskind. “Cumbres Borrascosas”, de Brönte. Y “el corazón es un cazador solitario”, de Carson McCullers.
¿Algún escritor por el que sientas debilidad?
Judith Bosch: Dos especialmente: Miguel Delibes y Jeanette Winterson.
¿Quieres añadir algo más a la entrevista?
¿Algún escritor por el que sientas debilidad?
Judith Bosch: Dos especialmente: Miguel Delibes y Jeanette Winterson.
¿Quieres añadir algo más a la entrevista?
Judith Bosch: Las gracias a ti. Por tu dedicación y por tu generosidad. No me caen bien las personas que se quejan porque no se lee, no se venden libros, Telecinco para arriba y Telecinco para abajo… y después no hacen ningún tipo de labor ni de promoción, difusión, animación a la lectura ni nada de nada. Tú te involucras, a través de actividades y también con tu blog. Esto es importante. Gracias a personas como tú, y los amigos y compañeros que compartimos, nuestra mítica Anika, nuestro Tiramisú y todas las personas que se mojan y se mueven, los libros están vivos y los autores y los lectores están unidos y en constante movimiento.
Genial tu entrada, piltrafilla :) Está muy interesante la entrevista. Me ha "gustao"
ResponderEliminarUna entrevista bien enfocada, y bien conducida.Enhorabuena Barbus.
ResponderEliminarExcepcional entrevista de la también excepcional escritora Judith Bosch.
ResponderEliminarYo estoy encantada con la entrevista!! Y espero volver a colaborar con Pablo muy pronto.
ResponderEliminar