Crónica de la Feria del Libro (Valencia)

El sol se alza por el levante, como me tiene acostumbrado. Es el sábado que llevaba esperando, me había tocado participar en el "Taller de Creación Literaria Fantástica" que sorteaba "Espada y Brujería" (Federación Española de Fantasía). Me levanté más tarde de lo que pretendía, puesto que mi despertador no sonó, pero llegué puntual (antes incluso que los organizadores).

Allí pude disfrutar de un intercambio de opiniones, con Sergio R. Alarte a la cabeza como profesor. Nos dieron una carpeta con dos separadores, una imagen de juego de tronos (no comercial) y unos apuntes de cosas a tener en cuenta a la hora de escribir, con sus respectivos ejemplos. ¡Y me dieron un diploma de aprovechamiento!

Como se nos hizo corta la hora y veinte que duraba el acto, quedamos en Facebook para crear un grupo y poder mostrar un escrito propio por alumno (y profesor) que serían discutidos entre todos. Pero no quedó ahí la cosa, más tarde me fui a comprar el libro del profesor (El yelmo del caballero, ¡qué bien lo vendes Sergio!).

Al poco de acabar el taller, me reuní con algunos ilustres blogueros valencianos (Leslock, María, Mr. Sandman) para ir y estar con Anabel Botella, quien firmaba ejemplares de su "Ángeles desterrados" en una de las casetas.

Ese día duré hasta la hora de la comida.

El sábado siguiente regresé. Era la quedada bloguera valenciana, con sus respectivas camisetas pituferas (véase foto más abajo, con Anika Lillo). Por la mañana fuimos a la presentación de Oblivion de Frances Miralles (no sé poner las O al estilo danés, perdóname Francesc), quien me pareció una persona muy amable y nos deleitó contándonos todo lo que podemos saber sobre su libro sin desvelar nada de la trama. Más tarde, después de comer tirados en un portal, llegamos a la feria y empezamos a deambular, disfrutando de la compañía y de las casetas. Yo volví a caer y me compré los dos primeros libros de la saga "Canción de hielo y fuego", los pequeñitos (ojo, que la letra es muy pequeña). Esta vez fue el turno de Olga Salar, autora de "Melodía Inmortal", a quien me alegra de haberla visto tan feliz dibujando una radiante sonrisa en la caseta.

Y hasta aquí la crónica. Espero poder seguir contando muchas más.

Ah, se me olvidaba, la foto.

El Barbus